La salud como regalo
Con el paso de los años he ido avanzando, haciéndome responsable y consciente de la importancia de la salud en mi vida.
Observando pilares como la alimentación correcta, equilibrada y funcional para mis necesidades, que influye en pro o en contra de mi bienestar físico y emocional, incluso mental. Generando con cada una de mis elecciones un circulo virtuoso o vicioso según fluya o mantenga alineado el "péndulo" hacia ello.
Diversos sucesos o retos en mi vida han hecho despertar paulatinamente mi consciencia respecto al poder y la responsabilidad que ésto conlleva en el tema la salud, llevándome a la siguiente pregunta:
¿Cuáles son aquellas prácticas que me apoyan a mantener el equilibrio en mi salud?
Diversos estudios comprueban la importancia del ejercicio y la alimentación como claves para lograr esa sensación de bienestar.
Conocer y observar las señales de mi cuerpo y mi estado anímico respecto a mi personalidad y actividades actuales.
El sentido de merecimiento está directamente relacionado a las prácticas que nos alejan o que nos mantienen dentro de un estilo de vida saludable y este se va determinando desde sucesos de la infancia.
El conocimiento de la información certera y correcta, por ejemplo; conocer las necesidades de mi cuerpo, lo que me genera pesadez, malestar, dolores específicos y las posibles causas, me ha apoyado a realizar una mejor toma de decisión respecto a lo que ingiero y el momento en el que lo llevo a cabo.
Abrirme a la posibilidad de probar distintos alimentos que quizá no acostumbraba por gustos o creencias transgeneracionales, incluyendo nuevas formas de elaboración, modificando incluso las recetas de la abuela, que me permitan cuidar mi salud y al mismo tiempo facilitar mi vida y permitiéndome utilizar de una manera distinta mis tiempos.
Reconocer que existen hábitos que conforme trasciendo o crezco como persona, dejan de ser funcionales, aceptar que requiero integrar nuevas pautas para transformar los resultados, no solo en mi salud, sino en mi vida en general, ha sido de suma importancia.
No solo hablo desde mi experiencia como Nutriologa, sino también como mujer, hija y madre, reuniendo también mis experiencias de vida, gracias a las cuales he reconocido que sin duda, la salud es uno de los más preciados regalos que he podido obsequiarme y a su vez contribuir a la de mis seres amados.
Es importante apoyarnos de los especialistas adecuados, que contribuyan a reconocer y cuidar de nuestras necesidades vitales.
Comenzar con pequeños cambios como iniciar un esquema de actividad física o el habito del consumo de agua, son pasos que nos llevan a la gran meta.
Es importante comenzar por sustituir el hábito que elegimos modificar o "transformar" por un hábito que si nos funcione para llegar a la meta, de manera paulatina.
Observar ¿Qué otras posibilidades me brindarán un beneficio similar, sin afectar o contraponer los objetivos reales?
Está científicamente comprobado que con una adecuada alimentación, que incluya:
- Consumo de antioxidantes
- Que apoye a regular la tensión arterial en nuestro organismo
- Que mantenga los niveles de glucosa correctos para el buen funcionamiento de nuestras células
Contribuirá de manera favorable a nuestra salud.
- Mantenernos alejados de la auto-medicación o del consumo innecesario de supresores de alimentos u otras sustancias que alteran nuestro sistema endócrino
- Integrar técnicas para el control y eliminación de estrés
- La práctica frecuente de actividad física
También son prácticas que puedes integrar como hábitos que favorezcan y mejoren tu calidad de vida
Recuerda, tu cuerpo es tu templo y será el único que te acompañará a lo largo de toda tu vida. ¡Cuídalo!
Creditos: Elízabeth Göv